No creo que te haya dedicado demasiados momentos, o que no te buscase lo suficiente, lo que se es que nos conocimos cuando eramos unos puñeteros mocosos de 4º o 5º de primaria, donde era un niño acosado por imbéciles, tú eras el único que no era un monstruo acosador ni nada por el estilo; y nos llevamos bastante bien desde el comienzo; ¿te acuerdas de farruquito? ¿o de los teletubbies borrachos de la plaza?, ¿y todas esas miles de gilipolleces que hemos hecho juntos, y lo bien que lo hemos pasado con ellas?. Pues bien aquí estamos, te has ido, no creía que llegaría el momento tan tempranamente de que te irías, y aquí estoy llorando como un imbécil delante de un monitor, sin haber sabido todo el tiempo que he pasado sin prestarte demasiada atención, y me molesta, pues tú has sido unos de mis mejores amigos, y el único que desde pequeño conservo una amistad tan importante, pero no la preciaba como tenía que hacerlo. Y ahora me arrepiento de haberlo hecho, de no haberme despedido como es debido, sin pensar que ese podría ser el último adiós cara a cara en muchísimo tiempo; y ahora te has ido, no sabía que era en serio, pero sí, creía que me estabas tomando el pelo, y no, te has ido.
Solo te deseo que el tiempo que estés allí lo disfrutes y te controles como nunca, y todas las cosas que hemos hablado cuando estabas en Sevilla te hallan servido, y te sirvan. No seré el mejor consejero, ni la mejor persona, pero eso sí, este tipo de errores no me dejaré volverlos a hacer...
Un gran abrazo de tu amigo Paco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario